Por tal complot, la Policía Federal (PF) arrestó este sábado a Braga Netto, exministro de la Casa Civil y Defensa del Gobierno del exmandatario Jair Bolsonaro (2019-2022).
El general también fue candidato a la vicepresidencia en la fórmula con Bolsonaro, quien perdió las elecciones de 2022.
La fuerza del orden público acusa a ambos y al exayudante de órdenes del político ultraderechista, teniente coronel Mauro Cid, por los crímenes de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, golpe de Estado y organización criminal.
De igual manera, en el plan violento de militares y políticos se pretendía asesinar autoridades, que incluía a Lula como objetivo.
«Lo que pasó esta semana con el decreto de la prisión del general Braga, voy a demostrar a ustedes que tengo más paciencia y soy democrático. Creo que tiene todo el derecho a la presunción de inocencia», manifestó el jefe del Ejecutivo después que los médicos anunciaran su alta en el hospital Sirio-Libanés en Sao Paulo.
Explicó que quiere que estos investigados tengan todo el derecho y todo el respeto para que la ley se cumpla.
Sin embargo, aclaró, si hicieron lo que intentaron hacer, tendrán que ser castigados severamente.
«No podemos admitir que, en un país generoso como Brasil, tenemos gente de alto grado militar tramando la muerte de un presidente de la República, tramando la muerte de su vicepresidente y tramando la muerte de un juez (Alexander de Moraes) que era presidente de la Suprema Corte Electoral», subrayó finalmente.
Este domingo, Lula recibió el alta médica, pero debe permanecer en Sao Paulo hasta el jueves, cuando se realizará una tomografía de control para reevaluar su estado clínico.
Según el cardiólogo Roberto Kalil, el exsindicalista, de 79 años, podrá regresar a Brasilia a partir del jueves, si el resultado del examen es conforme con lo esperado por el equipo.
Detalló que deberá mantener descanso relativo por unos 15 días, pero que podrá reanudar la rutina de trabajo normalmente.
Lula sintió dolor de cabeza e indisposición al final de la tarde del 9 de diciembre e ingresó en un hospital privado de Brasilia. Lo anterior, por la caída que sufrió en octubre en un baño del Palacio de la Alvorada, residencia oficial de los presidentes en esta capital.
Después de exámenes de imágenes, se constató la necesidad de intervención quirúrgica y fue transferido a la unidad de Sao Paulo.
En la capital paulista se sometió a una cirugía de emergencia, que se realizó sin complicaciones. Pasó por dos procedimientos quirúrgicos, el día 10 y 12, además de un tercero, también el jueves, para retirar un drenaje de la cabeza.
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