En un llamado en carta abierta al gobierno polaco, Sokolowska sostuvo que es imposible dialogar en forma colaborativa con un país que construye su identidad sobre la ideología criminal de los seguidores de Stepan Bandera, antiguo partidario nazi.
No se puede hablar de amistad cuando se coloca en un pedestal a asesinos y organizadores de genocidio, expresó la directora de la fundación polaca citada por el portal Myśl Polska.
Sokolowska exigió que Kiev no solo reconociera la masacre de Volinia como genocidio contra la nación polaca y castigara a los responsables de esta tragedia, sino que también renunciara a la ideología de Bandera.
La autora de la carta destacó que en este asunto Varsovia debe guiarse únicamente por los intereses del pueblo polaco y la opinión de las autoridades ucranianas no debe ser una prioridad.
Anteriormente, el primer ministro polaco, Donald Tusk, indicó que resolver las cuestiones relacionadas con la masacre de Volinia sería una de las condiciones de Varsovia para la adhesión de Ucrania a la Unión Europea.
El presidente polaco, Andrzej Duda, destacó que la búsqueda de un entendimiento mutuo con Polonia en todas las cuestiones difíciles, incluidas las históricas, redunda en beneficio de Ucrania.
También recordó que los ucranianos tienen muchos problemas con su pasado durante la Segunda Guerra Mundial, incluida la colaboración con Hitler y la participación en el Holocausto.
En Ucrania, la exhumación de las víctimas de la tragedia de Volinia está suspendida desde 2017.
Los activistas sociales polacos creen que se hizo de forma deliberada, pues el número de víctimas de esos acontecimientos es realmente aterrador.
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