Los habitantes del archipiélago situado en el Océano Índico carecen de luz y de electricidad y varias zonas siguen inaccesibles por el impacto del meteoro y sus rachas de viento por encima de los 200 kilómetros por hora.
El ministro francés del interior, Bruno Retailleau, llegó esta mañana a Mayotte para constatar los daños y la respuesta gubernamental, con una reunión de crisis prevista en la tarde en París encabezada por el presidente Emmanuel Macron.
Retailleau señaló en el terreno que tardará días y días conocer el balance humano del paso de Chido, mientras que el prefecto departamental, François-Xavier Bieuville, advirtió que quizás nunca se conozca con exactitud el saldo en vidas humanas de una situación que describió como apocalíptica.
“Ciertamente, hablamos de varios cientos de muertos, tal vez cerca del millar, o incluso miles”, lamentó la autoridad, quien recordó que la comunidad musulmana entierra a sus muertos dentro de las primeras 24 horas.
El gobierno comenzó la respuesta al desastre, en medio de críticas desde la oposición que acusan al Estado de abandonar a su suerte al territorio más pobre de Francia.
“El poder arrogante e incapaz no planificó ni organizó nada”, denunció en su cuenta en X el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.
En la propia red social, el ministro de Defensa Sébastien Lecornu, también dimitente después de la censura del gabinete, anunció la activación de un puente aéreo para llevar suministros y ayuda a Mayotte desde La Réunion.
Por su parte, el Ministerio de Salud informó el envío de un centenar de reservistas para apoyar la atención de la población.
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