La iniciativa destinada a aumentar los retiros es la más urgente de las que impulsa el Ejecutivo, por encima de la condonación del Crédito con el Aval del Estado (un sistema oneroso para el financiamiento de la enseñanza universitaria) y el pago a la deuda histórica de los profesores.
El proyecto debatido ahora en el Senado enfrenta numerosos escollos, sobre todo en lo referido a la distribución del seis por ciento de la cotización individual.
El gobierno pide destinar tres por ciento de ese monto al seguro social, uno a compensar a las mujeres y dos para aumentar las pensiones actuales, pero la derecha solo acepta destinar 0,5 por ciento a la equidad de género y que el resto vaya al ahorro individual.
La última opción beneficiará a las Administradoras de Fondos de Pensiones, que durante décadas lucraron con los ahorros de los trabajadores y entregaron retiros de miseria.
El proyecto de reforma lleva ya unos dos años en el Parlamento y el tema se está discutiendo en el país desde hace una década.
Según datos oficiales, en Chile 72 por ciento de las jubilaciones son inferiores al salario mínimo y la cuarta parte están por debajo de la línea de la pobreza.
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