En conferencia de prensa en el Ministerio de Relaciones Exteriores, el canciller anfitrión, Javier Martínez- Acha, reiteró que la iniciativa se retoma por decisión de los respectivos presidentes, José Raúl Mulino; y su par colombiano, Gustavo Petro, pero será un proceso que tomará su tiempo.
A preguntas de Prensa Latina sobre pronósticos, el diplomático insistió en que prefería no adelantarse pero auguró que ojalá en 2026, cuando en Panamá se conmemoren el Bicentenario del Congreso Anfictiónico (1826), legado de integración del Libertador Simón Bolívar, se hayan dado los primeros pasos con la interconexión energética latinoamericana para beneficio de sus pueblos.
Martínez-Acha comentó sobre este sistema de trasmisión de 500 kilómetros con una capacidad de transportar 400 megavatios, con tecnología de punta y que incluye un cable submarino en el Choco biogeográfico colombiano, y una red terrestre que atravesaría la selva de Darién y la comunidad Guna Yala, que será un ejemplo de cuidado del medioambiente y respeto a las comunidades involucradas.
Sobre este tema, dijo en alusión a la creada sociedad Integración Eléctrica Colombia-Panamá, “se conversó por primera vez hace más de 15 años, pero hoy existe la decisión política”, remarcó.
También el Secretario Nacional de Energía de Panamá, Juan Urriola, informó que fue de los pioneros de esta megaobra, que nunca se concretó por falta de respaldo del Gobierno local, pero ahora piensa que avanzará de forma decisiva para también mejorar las capacidades de los dos países y la región en el enfrentamiento a los desafíos del cambio climático.
De la parte colombiana, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, resaltó el proyecto como un ejemplo de los más altos estándares en materia ambiental y de participación ciudadana, considerado clave para la descarbonización de la economía y la necesaria transición energética de ambos países, un sistema sostenible y resiliente.
Además comentó que la Unión Europea también surgió a partir de la energía, con acuerdos sobre el acero y el carbón, y ahora América Latina tendrá la oportunidad de integrarse más como aspiraban los próceres de la independencia a través de la energía limpia y renovable para enfrentar el cambio climático.
Por su parte, la titular colombiana de Ambiente, María Susana Muhamad, recordó la importancia de que este proyecto se acometa con justicia energética y la activa participación y beneficios concretos para los pobladores originarios.
En la reunión bilateral antes del conversatorio con los medios, el gerente general del proyecto, Jorge Jaramillo, presentó un informe sobre los avances y retos pendientes, destacando que se han completado los estudios ambientales en campo y se han obtenido licencias clave en ambos países, aunque subrayó la necesidad de acuerdos integrales.
«La interconexión debe avanzar de manera decidida, pero para ello necesitamos consensos completos en lo social, lo técnico y lo regulatorio. Solo así garantizaremos su sostenibilidad y éxito», indicó una nota oficial.
Según trascendió, la puesta en marcha del proyecto generará empleo para dos mil personas en cada país, pero tomará el tiempo que ‘sea necesario’, declaró el titular de Ambiente de Panamá Juan Carlos Navarro.
El funcionario enfatizó en que el desarrollo de la obra pasa por la ‘plena aprobación’ de los pueblos indígenas autóctonos por donde pasará la línea eléctrica, y que incluyen zonas altamente biodiversas.
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