Al intervenir de forma remota desde Damasco ante el principal ente para la paz del planeta, el diplomático advirtió que la situación podría empeorar si no se gestiona adecuadamente, “tanto por parte de los sirios como de la comunidad internacional”.
“Está claro que el periodo que se avecina será crítico”, dijo al mostrarse optimista por las señales de un mayor apoyo a medida que se avance en una transición política creíble e inclusiva.
De lo contrario, alertó, podrían desencadenarse nuevas inestabilidades en el país luego de la toma del poder por las fuerzas lideradas por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham, tras el derrocamiento del exmandatario Bashar al-Assad.
«Se necesita una transición política, lo que requerirá un proceso inclusivo dentro de Siria», afirmó Pedersen al insistir en la necesidad de elecciones libres y justas de conformidad con las normas internacionales.
Por su parte, el subsecretario humanitario de la ONU, Tom Fletcher, recordó que el país acoge una de las mayores crisis humanitarias del mundo, con 17 millones de personas, el equivalente a más del 70 por ciento de la población.
La reciente escalada se ha sumado a estas necesidades, con más de un millón de personas desplazadas en menos de dos semanas.
Según el alto representante, las autoridades de transición y el organismo acordaron un ambicioso aumento de la ayuda vital, junto a garantías de que facilitarán el movimiento de personal de ayuda y suministros desde los países vecinos, incluidos Türkiye, Jordania, Líbano e Irak.
“Ahora es el momento de invertir en el pueblo sirio, de apoyar con fondos flexibles para que podamos responder a las cambiantes necesidades”, instó al recordar que el Fondo Central para Emergencias desembolsó ya 32 millones de dólares para Siria este año.
A juicio del enviado especial de la ONU, el principal desafío es que el conflicto no ha terminado todavía.
La supuesta estabilidad es muy frágil, además de que en el noreste del país continúan las hostilidades y los civiles siguen siendo asesinados, heridos o desplazados, alertó con un llamado al alto el fuego nacional.
Pedersen recordó al Consejo las enorme escala de necesidades humanitarias para la nación tras casi 14 años de guerra.
“El país requerirá todo nuestro apoyo de una forma que vaya más allá de la ayuda humanitaria y respalde el desarrollo económico, la reconstrucción y un proceso que ponga fin a las sanciones”, aseguró.
rc/ebr