Según el sondeo del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP), realizado para el semanario Le Journal du Dimanche, apenas un 34 por ciento de los dos mil participantes manifestó satisfacción por la labor del político de 73 años, nombrado por el presidente Emmanuel Macron el 13 de diciembre.
En las pesquisas que datan de 1959 con la designación entonces de Michel Debré, nunca un primer ministro había experimentado tan bajo nivel de aceptación en suelo galo.
Bayrou es el cuarto jefe de Gobierno designado este año por Macron, una cantidad también inédita bajo la V República, la cual comenzó en 1958, lo que demuestra la magnitud de la crisis política imperante, que costó a principios de mes el cargo al primer ministro Michel Barnier, censurado por la Asamblea Nacional.
Poco después de nombrado en septiembre, Barnier mostró en la encuesta del IFOP una desaprobación del 55 por ciento, mientras sus predecesores recibieron un rechazo a inicios de gestión del 46, para Gabriel Attal en enero pasado, y del 43 para Élisabeth Borne en mayo del 2022.
Una de las acciones que generaron críticas a Bayrou fue su decisión de participar en un Consejo Municipal en Pau, donde sigue siendo alcalde, en lugar de viajar al departamento de ultramar de Mayotte, devastado por el paso el sábado pasado del ciclón Chido.
El primer ministro intenta formar un nuevo Gobierno, el cual estará igualmente bajo la amenaza de la censura, a partir de la diversidad de fuerzas que pueden combinarse en la Asamblea Nacional para derribarlo, en particular la izquierda y la extrema derecha, que ya se unieron hace menos de tres semanas para hacer caer a Barnier.
mem/wmr