En un mensaje al pais istmeño por las redes sociales desde el Palacio de las Garzas (sede del Ejecutivo), Mulino indicó que la ruta interoceánica «es panameña y lo seguirá siendo», en respuesta a la amenaza del magnate republicano que asumirá el cargo el venidero 20 de enero, de que exigirá su devolución si no reducen las tarifas que cobran para su tránsito.
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— José Raúl Mulino (@JoseRaulMulino) December 22, 2024
«Compatriotas, como presidente quiero expresar de manera precisa que cada metro cuadrado del Canal y sus zonas adyacentes son de Panamá y lo seguirán siendo. La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables», remarcó.
El dignatario recordó que la vía interoceánica fue construida por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta su traspaso al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999.
Lo anterior quedó establecido en los Tratados Torrijos-Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington, por los entonces jefe de gobierno de Panamá, general Omar Torrijos (1968-1978), y el presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981).
Asimismo recordó que el próximo 31 de diciembre se cumplirán 25 años de que el canal es administrado por los panameños.
En otra parte de la comparecencia, Mulino indicó que esos acuerdos también establecieron la neutralidad permanente del Canal garantizando su funcionamiento abierto y seguro para todas las naciones, un texto al que se adherieron más de 40 naciones.
“Cualquier posición contraria carece de validez y sustento ante la faz de la tierra”, aclaró en referencia a las declaraciones de Trump la víspera; al tiempo que precisó que esa vía tiene la misión de servir a la humanidad y al comercio.
Desde que está en manos panameñas, agregó, el canal es administrado por profesionales idóneos con reglas claras, que se encargan de su funcionamiento, conservación y mantenimiento, para asegurar una operación segura, continúa y rentable.
Al respecto comentó que las tarifas no son un capricho, pues se establecen de manera pública y en audiencia abierta a partir de las condiciones del mercado, la competencia, los costos operativos y las necesidades de mantenimiento y conservación.
De otra parte, significó que el Canal no tiene control directo o indirecto de China, ni de la Comisión Europea, ni de Estados Unidos o de cualquier otra potencia.
En ese sentido, acentuó su enérgico rechazo a cualquier manifestación que tergiverse esa realidad y dejó claro que la soberanía del país sobre el Canal es irreversible.
El Canal seguirá estando en manos panameñas como patrimonio inalienable de la nación y garantizando su uso para el tránsito pacífico e ininterrumpido de naves de todas las naciones, agregó.
“Panamá respeta a las demás naciones y exige respeto”, indicó Mulino, quien consideró que la prioridad en los nexos que espera mantener con la nueva administración de Estados Unidos giren en torno a la seguridad, migración ilegal, narcotráfico y el enfrentamiento al crimen organizado.
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