La decisión se tomó teniendo en cuenta las duras afectaciones a la economía y el comercio que sufrirá ese archipiélago asiático durante la temporada alta del turismo, según explicó el organismo internacional mediante un comunicado.
Al mismo tiempo, la entidad señaló que espera poder ayudar a restablecer puestos de trabajo y proporcionar asistencia vital a quienes más la necesitan, con la contribución monetaria.
El aeropuerto internacional de esta capital reabrió la víspera sus operaciones para vuelos comerciales tras días de cierre a consecuencia de la emergencia.
Debido a numerosas afectaciones estructurales a lo largo del país, al momento de la tragedia, el 17 de diciembre, el gobierno determinó mantener cerrado el aeropuerto de Port Vila para los vuelos regulares, con el propósito de facilitar el acceso solo de aeronaves de asistencia humanitaria.
Al menos 14 personas murieron a causa del sismo y la cifra de heridos supera los 200, según la Oficina de Gestión de Desastres del país oceánico, aun en estado de emergencia pues las réplicas siguen siendo frecuentes y perceptibles.
La ciudad con mayores afectaciones hace una semana fue esta capital, donde se produjeron deslizamientos de tierra y una decena de edificios reportaron daños estructurales, entre ellos, los de las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido y Nueva Zelanda.
El mal estado del hospital principal de Port Vila motivó a su personal a desplegar tiendas de campaña afuera de la instalación, a fin de cumplir con el deber de atender a los pacientes en medio de la emergencia.
Las telecomunicaciones quedaron interrumpidas en parte del archipiélago y aunque han logrado restablecerse en gran medida, todavía no hay servicio de internet, mientras los pobladores lidian con la destrucción total o parcial de varias carreteras y puentes.
Vanuatu se ubica en una zona cercana al llamado Anillo de Fuego del Pacífico y tiene una población estimada de aproximadamente 300 mil habitantes.
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