Las boyas de detección más cercanas se ubican a unos mil kilómetros de la costa tailandesa y están conectadas a 130 torres de alarma en las provincias costeras, con vistas a alertar a los residentes del peligro de tsunami, en un plazo de cinco a siete minutos, aseguró un portavoz gubernamental.
Más de cinco mil personas perdieron la vida en Tailandia, el 26 de diciembre de 2004, a consecuencia de un terremoto de magnitud 9,1, en la escala de Richter, bajo el océano Índico, que originó un enorme tsunami con olas de hasta 30 metros de altura, de acuerdo con los registros oficiales.
El sistema de alerta rudimentario en aquel momento no sirvió para notificar del riesgo a millones de personas en esta área geográfica y se estima que la cifra de fallecidos en una docena de países oceánicos superó los 225 mil.
Las 74 boyas que integran el sistema de Evaluación de las profundidades del océano y notificación de tsunamis (Dart) se extiende por varias naciones y cada pieza se encuentra atada al fondo marino, lo cual le permite monitorear en la profundidad las señales de un sensor sísmico y los cambios en el nivel del agua.
Un equipo de científicos debe encargarse de reemplazar cada dos años las baterías que alimentan a las boyas, en las difíciles condiciones de los mares.
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