Este sábado el país está a un paso de romper el récord de menos asesinatos atribuibles a las pandillas en un mes que desde la víspera diciembre comparte con noviembre, aunque con la particularidad de que la cifra fue alcanzada en jornadas consecutivas.
Pero si el tema de seguridad se mantiene como un elemento que destaca la propaganda oficial y la mayoría de los salvadoreños, con las excepciones de los que estiman que existen presuntas violaciones de derechos humanos, en la esquina opuesta destacó la aprobación de la minería metálica.
La Asamblea Legislativa, donde el partido Nuevas Ideas tiene mayoría absoluta de 54 de 60 votos, aprobó con 57 sufragios permitir la explotación minera luego de derogar una prohibición de 2017.
Pese a la férrea oposición de ambientalistas, de la iglesia, universidades y diversos sectores, el foro dio curso a la solicitud del gobierno del presidente Nayib Bukele para permitir la extracción minera sin tomar en cuenta la advertencia de que esto es un enfrentamiento por la vida.
El Movimiento Indígena para la Integración de las Luchas de los Pueblos Ancestrales (Milpa) aseguró que la nueva Ley General de Minería Metálica traerá consigo “conflictos por la tenencia de las tierras” y prevén afectaciones agrícolas, entre otras denuncias.
Por primera vez el presidente Bukele no recibió el apoyo de la mayoría de sus compatriotas temerosos del impacto sobre su vida y la contaminación de las aguas.
Una consulta especializada del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana consideró que El Salvador no es un país apropiado para hacer minería metálica y cerca del 89 por ciento dijo estar preocupado por los problemas ambientales.
También la economía se mantiene como el principal problema de la población y reto para el gobierno, ya que según una consulta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), 44.3 por ciento de los preguntados así lo aprecia.
Asimismo recibió destaque la ocupación de una tonelada y medio de dogas en aguas del océano Pacifico en una embarcación conducida por dos ecuatorianos y la destrucción de varias toneladas de cigarrillos introducidos de contrabando.
Mientras, al entrar en la última semana del año, los salvadoreños están preocupados, porque con el ascenso de Donald Trump al gobierno en Estados Unidos miles de sus compatriotas serán deportados con impacto sobre el envío de remesas y otros problemas sociales que desencadenará esa política.
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