De acuerdo con varias publicaciones científicas, los años cuadrados son relativamente raros, ya que se presentan en intervalos espaciados en el tiempo debido a la naturaleza del crecimiento exponencial.
El último fue 1936 (1936 = 44², 44 × 44), desde entonces transcurrieron 89 años y el próximo no tendrá lugar hasta 2116, ya que es igual a 46² (46 × 46), para entonces habrán pasado 91 años.
A medida que las cifras base aumentan, los períodos cuadrados de 12 meses se espaciarán más.
Otra singularidad matemática del 2025 es la suma de los cubos de los números del 1 al 9 (1³ + 2³ + 3³ hasta + 9³). Además, 2025 puede descomponerse en 20 y 25, las cifras que lo forman, y resulta que 45 (la raíz cuadrada de 2025) también es un ‘número triangular’, es decir, el resultado de sumar los números naturales del 1 al 9.
También se puede expresar como el producto de dos cuadrados menores: 9² × 5² = 2025 y es la suma de tres cuadrados: 40² + 20² + 5² = 2025.
«Si cogemos 2025 fichas y las apilamos, podemos hacer 45 columnas y 45 filas y llenamos un cuadrado», ha contado el físico español, Alessandro Maccarrone.
De acuerdo con Mathnasium, un portal especializado en matemáticas, estos años cuadrados son hitos especiales, perfectamente integrados en la línea del tiempo que representan la precisión y la belleza de los patrones matemáticos que se manifiestan en la realidad.
A todas estas curiosidades se suma que el 2025 marcará el inicio de una nueva generación: los niños que nazcan desde el día 1 pertenecerán a la generación Beta, la segunda incluida en la era digital.
Las tendencias apuntan a que estos recién nacidos y todos quienes lo hagan en los 15 años venideros, crecerán en un entorno en el cual la Inteligencia Artificial y la automatización estarán completamente integradas a su vida cotidiana.
Debido al cambio climático, los Beta deberán ser más conscientes del medio ambiente y adoptarán estilos de vida sostenibles desde una edad temprana y crezcan en un mundo más diverso y globalizado, con un enfoque en la igualdad y el respeto por todas las identidades.
Los Beta representarán el 16 por ciento de la población mundial y se espera que muchos de ellos vivan lo suficiente para ver el amanecer del siglo XXII.
Esta séptima generación simultánea de nuestros tiempos, hijos de los llamados Millennials (1980-1993) y los mayores de la Generación Z (1994-2012), contarán con métodos de enseñanza personalizados y basados en datos, diagnósticos de salud predictivos y tratamientos automatizados.
La convivencia de los padres de los Beta con los avances tecnológicos y entornos menos digitales y sus conocimientos consolidados ayudarán a esos pequeños a tener una educación digital más responsable y consciente que les permita navegar con límites por este entorno para alcanzar un “equilibrio entre la hiperconectividad y la expresión personal», destacan los analistas.
La generación Beta, sin embargo, hereda un mundo complejo: crecerán en un entorno donde los conflictos geopolíticos, las desigualdades económicas y las crisis de recursos serán temas centrales; así como la disminución de las tasas de natalidad y el aumento en la esperanza de vida.
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