A través de un comunicado, el Gobierno angoleño en nombre del presidente João Lourenço, en calidad de Facilitador de la Normalización de las Relaciones Político-Diplomáticas, la Cooperación y las Tensiones entre la RDC y Ruanda, deploró enérgicamente la toma del territorio que tuvo lugar el pasado 4 de enero.
“Esta acción irresponsable socava gravemente los esfuerzos de pacificación del conflicto que prevalece en la región oriental de la RDC y representa una violación flagrante e inaceptable del alto el fuego en vigor desde el 4 de agosto de 2024”, refirió la nota publicada por la Presidencia.
Añadió que el Gobierno angoleño está profundamente preocupado por la escalada del conflicto y la conquista ilegal de territorio en la RDC, lo que constituye una violación de la integridad territorial y de la soberanía de esa nación, tal y como se estipula en el Acta Constitutiva de la Unión Africana y en la Carta de las Naciones Unidas.
El grupo armado M23 ocupó el sábado la ciudad de Masisi, capital del territorio del mismo nombre en la provincia de Kivu Norte, en el este congoleño.
Tras intensos combates con el Ejército de la RDC y milicias locales aliadas, los insurgentes tomaron el control de la localidad de Katale y posteriormente de Masisi.
Con el inicio del año los rebeldes intensificaron sus acciones en ese territorio, que se unen a las ya impulsadas desde finales de diciembre en Lubero, ambos en Kivu Norte.
Esta ofensiva coincide con el retroceso en las conversaciones de paz entre Ruanda y RDC, luego de que Kigali no acudiera a la cumbre tripartita con Angola el 15 de diciembre y condicionara el acuerdo definitivo para la paz a una conversación directa entre Kinshasa y el M23.
La RDC acusa a Ruanda de apoyar a los rebeldes, lo cual ha sido comprobado por expertos de la ONU; y de lucrar con los recursos naturales de las zonas en conflicto.
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