Al menos a esta conclusión, difundida hoy, llegaron las investigaciones realizadas por las Universidades de Granada (UGR) y Pública de Navarra, junto con el Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber).
Según fuentes del centro de altos estudios granadino, no comer nada a partir de las 17 horas y hasta las nueve de la mañana del siguiente día, ayuda en mayor medida a mejorar la regulación de la glucemia y reducir la grasa subcutánea abdominal.
El análisis publicado en la revista Nature Medicine, indica que en España, la prevalencia de sobrepeso y obesidad alcanza el 70 por ciento en hombres y el 50% en mujeres.
Se asocia a múltiples alteraciones metabólicas como diabetes tipo 2 e incrementa el riesgo exponencialmente de desarrollar enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer.
En una nota de prensa, la UGR apuntó que el ayuno intermitente es una estrategia nutricional que ayuda a mantener un ciclo diario, lo que estabiliza los ritmos biológicos de nuestro organismo.
«Sabemos que comer de forma irregular o por la noche altera estos ritmos y aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2», remarcó.
Los científicos investigaron los efectos de una intervención de 12 semanas con tres estrategias distintas de ayuno:
-Ayuno temprano (ventana de ingesta: aproximadamente 9:00-17:00); ayuno tardío (aproximadamente 14:00-22:00), y ayuno autoseleccionado, en el cual las personas podían elegir la franja horaria en la que querían comer, y lo hacían de media entre las 12 de la mañana y las 20:00 horas.
Los resultados del estudio, revelaron que el ayuno intermitente no mostró beneficios adicionales a un programa de educación nutricional en la reducción de grasa visceral.
Sin embargo, los grupos que realizaban ayuno, independientemente del horario de la ingesta, lograron una mayor pérdida de peso, de media 3-4 kilogramos, en comparación con el de tratamiento habitual que seguía con su ventana de ingesta de al menos 12 horas.
Según el medio Granada Hoy, el grupo de ayuno temprano redujo en mayor medida la grasa subcutánea abdominal, a la vez que mejoró significativamente los niveles de glucosa en ayunas.
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