Desde el Salón Simón Bolívar del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno, el mandatario recibió a la comisión designada para cumplir con la norma constitucional y del reglamento interno de ese órgano, integrada por todas las fuerzas políticas que componen el Parlamento.
Maduro destacó que las instituciones venezolanas han madurado a “un nivel muy elevado y el pueblo, la inmensa mayoría, ha logrado aun altísimo nivel de maduración para entender el mundo que estamos viviendo”.
Este encuentro es muy oportuno para pasar revista a los eventos, acciones, logros y el camino recorrido y por recorrer, señaló, y valoró como lo más preciado en el siglo XXI la construcción de la paz como el derecho al futuro, porque con ella “todo es posible”.
El gobernante afirmó que en 2025 tendrán grandes retos democráticos con la realización de nueve elecciones en Venezuela, año en que, opinó, será “quizás el de la explosión democrática de la historia de nuestra República”.
“Este año, remarcó, va a demostrar que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce de manera permanente”.
El jefe de Estado rememoró lo acontecido en 2015 con la asunción de la derecha al poder en la Asamblea Nacional, y lamentó que la dirección política de aquella oposición “no supo administrar el poder que el pueblo le dio con su voto”.
Utilizaron ese inmenso capital político y administrativo para hacer daño, autodestruirse y “para enriquecerse a niveles siderales los principales jefes de la oligarquía de los apellidos que solo saben hacer daño”.
Valoró que hoy las condiciones son diferentes pero la locura y el odio derivaron en fascismo, pero “con paciencia, serenidad y siempre remando hacia adelante los vamos a volver a derrotar porque este es un barco que va hacia un destino mejor”.
Maduro consideró como un gran negocio, la conspiración y el extremismo fascista, y rechazó los planes de la derecha de querer volver a repetir la historia del nuevo Juan (Guidó), en referencia a Edmundo González, a quien llamó “títere y esperpento que no puede ni caminar” y auguró también le llegará la hora.
Anunció que una vez sea juramentado el 10 de enero el primer decreto que firmará será el de constituir “una amplia comisión nacional e internacional” para ir a una gran reforma constitucional, con debate y diálogo de todos los sectores políticos, sociales, culturales y económicos del país.
Indicó que la Asamblea Nacional será el epicentro de ese gran debate para llegar y mover las fibras democráticas, y adelantó que el objetivo de la reforma buscará definir con claridad el modelo de desarrollo venezolano para los próximos 30 años y “democratizar hasta el infinito la vida política y social” del país.
Se trata, subrayó, de transformar el Estado en uno verdaderamente democrático “de la gente, para la gente y con la gente, del pueblo, para el pueblo y con el pueblo”.
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