En medios de prensa del poder ciudadano, Murillo reiteró que junto a Rubén Darío, Sandino sigue inspirando cada día con la fuerza invicta del alma nicaragüense.
«Solo en Darío y Sandino se explica la inmensidad de la creación (…) del Padre Celestial en esta Nicaragua, pequeño país del centro de América, gran país, gran cultura, gran fortaleza, gran espíritu, esa es Nicaragua de Darío, de (Benjamín) Zeledón, de Sandino, Nicaragua siempre bendecida, prosperada y victoriosa», subrayó.
La alta dirigente sandinista señaló que el 21 de febrero es especial para los nicaragüenses y añadió que se preparan para ese día de “luz, vida y verdad”.
Según la copresidenta, ese día les recuerda quiénes son, de dónde vienen, dónde están y hacia dónde van, y afirmó que tanto Sandino como Darío, son la identidad, cultura, espíritu, alma, vocación de trascender, salir y seguir adelante del pueblo nicaragüense.
“Celebramos en grande ese espíritu formidable que nos ha permitido ir adelante siempre más allá, ese espíritu formidable que nos permite ser como somos, fuertes de alma, porque la fuerza del corazón es el amor que todo puede, el que todo vence, y Nicaragua bendita y siempre libre está llena de amor», enfatizó.
El 21 de febrero de 1934, Sandino fue apresado y asesinado junto a sus lugartenientes generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor, tras asistir a una cena invitados por el entonces presidente Juan Bautista Sacasa en el Palacio Presidencial, ubicado en la Loma de Tiscapa.
El entonces director de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García, planeó el asesinato del general con la firma de un documento con 14 miembros de ese cuerpo militar y en contubernio con la embajada de Estados Unidos aquí.
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