Luego de una reunión virtual la víspera, encabezada por el presidente de Yibuti, Ismail Omar Guelléh, la autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (Igad) pidió la liberación de los aliados del antiguo líder rebelde y ahora vicepresidente de Sudán del Sur, Riek Machar,
al considerar que tales hechos ponen en peligro la estabilidad del país.
La Igad se pronunció asimismo por la presentación de pruebas creíbles que justifiquen procedimientos legales de manera transparente y de conformidad con el debido proceso y condenó la violencia.
También, este bloque regional solicitó una investigación sobre los enfrentamientos registrados en las últimas semanas en el condado de Nasir, y el ataque contra un helicóptero de Naciones Unidas.
Recientemente cambios de figuras de la oposición en la gobernanza del estado del Alto Nilo, estipuladas en los acuerdos de Paz de 2018 y decididas por el presidente sursudanés, Salva Kiir, crearon un estallido de violencia en la ciudad de Nasir, a partir del cual se desató la actual ola de arrestos.
En Sudán del Sur, tras varios años de guerra civil, los líderes políticos enfrentados firmaron un acuerdo de paz en 2018 y en agosto de 2022 suscribieron ampliar el período de transición que debía expirar en febrero de 2025 con elecciones previstas para diciembre de este año, luego de varios retrasos.
Este país del noreste de África solo tiene 13 años de independencia, luego de haberse separado de su vecino del norte, Sudán, el 9 de julio de 2011.
La autodeterminación lograda tras un histórico referendo lo convirtió en Estado soberano, pero también precipitó su división política, que exhibió una profunda rivalidad étnica que puede resurgir en un futuro en las urnas.
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