La Oficina de Medios del Gobierno en el enclave señaló en un comunicado que tras 16 días de cierre de los cruces fronterizos la situación comienza a ser desesperada.
Ante ese panorama, instó a la comunidad internacional a presionar para reabrir la frontera y detener los ataques israelíes.
Este fin de semana, jefe de la Oficina, Salama Maarouf, afirmó que el bloqueo israelí agravó la crisis humanitaria en el territorio y amenaza con provocar una hambruna de grandes proporciones.
Señaló que seis de las 25 panaderías cerraron sus puertas por falta de harina y que hay una grave escasez de agua potable, que afecta a más del 90 por ciento de la población del territorio.
Por su parte, la Municipalidad de Gaza alertó este lunes que la interrupción del suministro de energía y combustible será fatal para el funcionamiento de servicios e instalaciones esenciales.
El ministro israelí de energía, Eli Cohen, también cortó los envíos de electricidad a la Franja, lo cual afectó la labor de la planta desalinizadora de Deir el-Balah, que pasó a producir apenas dos mil 500 metros cúbicos de 18 mil.
El municipio confirmó que el corte del suministro eléctrico amenaza con paralizar las instalaciones de agua y alcantarillado, lo cual agrava la catástrofe humanitaria y sanitaria que vive la ciudad debido a las agresiones israelíes.
También el Programa Mundial de Alimentos (PMA) criticó el cierre de la frontera y señaló que desde el 2 de marzo no entre comida al enclave.
El PMA indicó que los precios de algunos alimentos básicos en Gaza aumentaron más del 200 por ciento.
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