De acuerdo con el gobierno galo, la nación norafricana rechazó este lunes una lista de unos 60 argelinos que Francia busca expulsar de su territorio bajo el argumento de que representan una amenaza, ante lo cual el ministro del Interior Bruno Retailleau prometió una respuesta gradual.
Al respecto, el titular adelantó a la cadena France Inter la suspensión de los acuerdos de 2007 para la exención de visa a los argelinos con pasaportes diplomáticos.
En los últimos meses aumentaron las tensiones entre ambos países, a raíz del arresto en Argel del escritor Boualem Sansal, señalado por atentar contra la seguridad del Estado, y el intento francés de enviar a Argelia a influencers de ese origen, que según París promueven mensajes desestabilizadores.
La situación escaló después de un reciente ataque terrorista con cuchillo en la oriental ciudad de Mulhouse, donde una persona fue asesinada y varias sufrieron heridas, acción cometida por un argelino con una orden de abandonar el territorio francés por su condición migratoria irregular.
Francia asegura que la deportación del individuo en cuestión fue rechazada al menos una decena de veces.
Argelia rechazó amenazas y ultimatos derivados de estas situaciones, en un contexto de crisis sin precedentes en décadas.
El sangriento pasado de dominación colonial francesa y la decisión de París de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, cuya independencia apoya Argelia, son ingredientes del enfrentamiento.
Los presidentes Emmanuel Macron y Abdelmadjid Tebboune acordaron en la capital argelina en agosto del 2022 una hoja de ruta para relanzar unos nexos bilaterales contaminados por el pasado.
Sin embargo, desde entonces los acontecimientos no han marchado en esa dirección, posponiendo Tebboune su visita a París.
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