En ese sentido, el metal dorado apareció equilibrado el lunes, impulsado por la fuerte demanda de los bancos centrales y la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos recorte pronto las tasas de interés.
Pese a ello, las ganancias se veían limitadas por ventas de inversores para cubrir las pérdidas en otras operaciones.
El oro al contado cotizó a tres mil 34,89 dólares la onza, tras tocar un mínimo de dos mil 971,09 dólares. Los futuros del oro en Estados Unidos subieron 0,6%, a tres mil 52,30 dólares.
Los principales índices bursátiles mundiales se hundían, mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no daba señales de dar marcha atrás en sus radicales planes arancelarios.
China respondió con una serie de contramedidas el viernes, incluidos gravámenes adicionales del 34 por ciento sobre todos los productos estadounidenses y restricciones a la exportación de algunos metales de tierras raras.
El oro ganó más del 15 por ciento este año y alcanzó un máximo histórico de tres mil 167,57 dólares el jueves, ayudado por su condición de valor refugio en medio de la incertidumbre económica y geopolítica y la fuerte demanda de los bancos centrales.
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