Esta planta (Leuenbergeria quisqueyana) es una de las especies más exóticas del planeta, y se encuentra –según expertos- en peligro crítico de extinción, por lo que las autoridades siguen de cerca su cuidado y preservación.
La emblemática rosa, endémica de República Dominicana, fue descubierta en 1977 por el botánico francés, luego radicado en Estados Unidos, Henry Alain Liogier.
El también sacerdote la bautizó como quisqueyana en honor a Quisqueya, nombre que los indígenas taínos le dieron a la isla donde vivían, posteriormente llamada por los colonialistas europeos como La Española y hoy ocupada por República Dominicana y Haití.
Su nombre genérico homenajea al botánico suizo Beat Ernst Leuenberger, un destacado especialista en la familia de cactáceas.
La flor, con pétalos de un pálido tono rosado y unos dos centímetros de largo, brota al final de los tallos cubiertos de espinas y hojas que alcanzan hasta los seis metros de altura. Este cactus es uno de los pocos que posee hojas.
Ante el riesgo de su pérdida, la República Dominicana se incorporó al proyecto “Conservación de los Sitios de la Alianza para la Cero Extinción”, una red global que reúne a 125 organizaciones dedicadas a proteger 899 especies en peligro crítico.
El programa conjunto emprendió iniciativas claves que mitigan las amenazas que enfrenta la flor, conocida también como “mata de chele”, pues su fruto tiene la forma de una monedita.
En ese sentido, se busca identificar, recuperar y proteger las poblaciones naturales de la planta; asegurar la conservación de su diversidad genética mediante programas ex situ y, por último, generar alternativas económicas que incentiven su preservación.
En la reproducción de la flor desempeñan un rol destacado las comunidades, integradas a jornadas de siembra en Bayahíbe y otras zonas.
También es fundamental el espacio destinado por el Jardín Botánico Nacional a la reproducción de este cactus. Allí se han reproducido cerca de 600 individuos, 400 por semillas y 200 por esquejes o estacas donde las flores hembras son polinizadas por insectos.
(Tomado de Orbe)