En un comunicado, condenó el ataque que resultó en la caída de dos mártires, incluido un asistente del comandante de las operaciones en la región de Bagdad, Mushtaq Taleb al-Saadi, mientras otras seis personas resultaron heridas.
La Presidencia declaró que la acción constituye una violación evidente de las relaciones entre Iraq y la coalición internacional, y una transgresión de los marcos y razones por las cuales proporciona asistencia y asesoramiento a las fuerzas de seguridad del país.
Al respecto, instó a prevalecer el lenguaje del diálogo, la comprensión y encontrar medios efectivos para poner fin a las tensiones y crisis entre todas las partes.
En este sentido, el Ministerio de Asuntos Exteriores enfatizó que la agresión a una formación de seguridad vinculada al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y sujeta a la autoridad del Estado constituye una escalada peligrosa.
A su vez, el titular del Consejo Supremo Islámico Iraquí, Ammar al-Hakim, consideró el ataque contra Bagdad como un acto criminal y una violación flagrante de la soberanía del país.
En este sentido, el líder de la Alianza Nabni en Iraq, Hadi al-Amiri, calificó de atroz el crimen cometido por las fuerzas estadounidenses y llamó al gobierno a expulsarlas del territorio nacional.
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