Quintana y el fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri fueron capturados en esta capital por una patrulla militar el 2 de julio de 1986 y, tras golpearlos, les rociaron combustible y los quemaron.
Carmen Gloria logró sobrevivir, pese a tener quemaduras en más del 60 por ciento del cuerpo, pero Rodrigo murió cuatro días después.
El viernes la Corte Suprema de Justicia de Chile ratificó las condenas de 20 años y un día de prisión para cuatro oficiales como ejecutores del crimen, y tres años y un día para otro grupo en calidad de cómplices.
Carmen Gloria señaló que casi todos los implicados tienen alrededor de 65 años en estos momentos así que, de aprobarse la iniciativa legal que promueve la derecha en una comisión del Senado, los represores solo cumplirían una cuarta parte de la sanción.
Por medio de una carta pública consideró como un momento de alivio en su vida conocer el fallo del máximo tribunal del país y recordó que durante 38 años tanto ella y sus seres queridos y la familia de Rodrigo debieron luchar contra innumerables mentiras.
Siempre hubo múltiples intentos de encubrir la responsabilidad militar en este crimen, agregó.
Este hecho brutal perpetrado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) causó un gran repudio y estremeció no sólo al país, sino a la comunidad internacional.
No sé si los militares cumplirán finalmente sus exiguas penas en cárcel o no, cuestionó Quintana, y señaló que “con este proyecto de ley, que la derecha chilena propone, se nos estaría negando nuevamente la justicia…¿Hasta cuándo prolongarán nuestra agonía?”.
jha/car/eam