Los siniestros, algunos de los cuales podrían haber sido intencionales, comenzaron el viernes en la región de Valparaíso y rápidamente se extendieron a zonas urbanas debido a los vientos y las elevadas temperaturas, en medio de una ola de calor que afecta al país.
La cifra de fallecidos puede aumentar en las próximas horas ya que, según la alcaldía de Viña del Mar, más de 370 personas están desaparecidas.
El fuego afectó sobre todo a las comunas de Villa Alemana, Viña del Mar, Quilpué y Limache, donde al menos 15 mil viviendas fueron dañadas total o parcialmente, además de otras infraestructuras, entre ellas el Jardín Botánico.
“Es la tragedia más grande que hemos vivido como país desde el terremoto del 27 de febrero de 2010. Lo digo para que seamos capaces de dimensionar el dolor y la magnitud de lo que estamos viviendo hoy día aquí en la quinta región”, dijo el presidente Gabriel Boric en un recorrido por las zonas de desastre.
El movimiento telúrico de hace 14 años tuvo una magnitud de 8,8 grados, dejó cientos de muertos y unos dos millones de damnificados.
Boric anunció que las prioridades son salvar vidas, apagar los incendios, recuperar los cuerpos de los fallecidos, canalizar apoyo urgente para las víctimas, garantizar el orden público y recopilar antecedentes para investigar el origen de los siniestros.
En homenaje a las víctimas, el presidente decretó dos días de duelo nacional a partir de hoy, cuando la bandera será izada a media asta en la sede del Gobierno, las oficinas públicas y en las unidades de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Países como Colombia, Paraguay, Perú, Uruguay, México y Venezuela ofrecieron ayuda a Chile en el combate a los incendios.
Desde la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco pidió rezar por los muertos y heridos en los devastadores siniestros en Chile.
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