Este es un mecanismo creado por el Estado para enfrentar catástrofes de grandes proporciones y fue utilizado tras el terremoto de 2010 y las inundaciones ocurridas el año pasado en el sur del país por un sistema frontal.
Recordó el mandatario que los daños provocados por el fuego tienen dimensiones enormes y los recursos para restaurar lo perdido son muy altos y, si bien el gobierno pondrá todo lo necesario, el apoyo internacional y la ayuda público privada será bienvenida.
También mencionó cómo en todo el país hay movilizaciones de diversos sectores sociales con el objetivo de enviar insumos hacia las zonas devastadas, pero hace falta mayor compromiso del mundo empresarial para salir adelante.
El fondo, señaló, permite conectar esta solidaridad y darle un cauce hacia las necesidades específicas de los municipios afectados, como infraestructura, redes sociales o escuelas.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, explicó que este mecanismo está preparado para recibir donaciones desde Chile o el extranjero, tanto en dinero como en bienes, y pueden estar dirigidas a financiar un proyecto en específico o a la caja común.
En este sentido se está preparando junto con las autoridades locales un catálogo de obras para que el interesado escoja, si ese es el caso, a cuál va dirigido directamente su aporte.
Las contribuciones tendrán también un impacto fiscal, porque en el caso de los particulares la mitad del dinero entregado se les descontará del pago de sus impuestos.
Cuando se trate de una empresa, el monto de su contribución se considerará como gasto para producir renta y el 27 por ciento de la donación se le reducirá de la base de impuestos, dijo el ministro.
El Fondo Nacional de Reconstrucción está activo a partir de este jueves y permanecerá abierto hasta que el gobierno lo determine.
De acuerdo con evaluaciones todavía no definitivas, la catástrofe causó más de 130 muertos, 14 desaparecidos, daños en unas 20 mil viviendas y las pérdidas rondan los mil millones de dólares.
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