“Ahora dicen que Elon Musk implantó un chip en el cerebro de una persona. Creo que no se le puede detener, pero hay que negociar con el de alguna manera, creo que hay que alcanzar un acuerdo con él y ese proceso tiene que estar sujeto a reglas”, precisó.
Es posible predecir lo que podría ocurrir cuando la humanidad comenzó a ser amenazada por las armas nucleares así que es imposible frenar el proceso tecnológico, tampoco fue posible detener el uso de la polvera, hace centurias, pero hay que ponerse de acuerdo y regular esas tecnologías.
En el caso del periodista del diario estadounidense The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, detenido desde hace más de un año en Rusia, los servicios especiales de Rusia y Estados Unidos mantienen el diálogo sobre un posible intercambio, declaró el presidente ruso.
«Los representantes de los servicios especiales, ellos están contactando y debatiendo este tema. No tenemos ningún tabú para solucionar este problema. Estamos dispuestos a resolverlo, pero hay ciertas condiciones allí que se están examinando por los servicios especiales mediante canales de asociación», dijo Putin.
Al mismo tiempo, el mandatario destacó que Rusia hizo «tantos gestos de buena voluntad» que parece haber «agotado todos los límites».
Respecto al tema de las negociaciones para poner fin al conflicto en Ucrania, el gobernante puntualizó que “jamás nos hemos negado a negociar, se trata de la parte occidental y de Ucrania quienes se niegan a hacerlo”.
Putin llamó a Kiev a cancelar su decreto que prohíbe negociar con Moscú, y volver a la mesa de negociación.
«Dígale a los líderes actuales de Ucrania: miren, siéntense, negocien, cancelen su estúpido decreto u orden y siéntense, hablen. No hemos renunciado», dijo
El mandatario también recordó que Moscú ha llamado en más de una ocasión a buscar una solución pacífica a los problemas de Ucrania después de 2014, pero nadie le escuchó.
Rusia desarrolla desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania cuyos objetivos, según el presidente ruso, son proteger a la población de «un genocidio por parte del régimen de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hacia el este.
Hasta la fecha, Ucrania ha condicionado el cese de las hostilidades a la recuperación de todos los territorios, incluida Crimea, que se unió a Rusia en marzo de 2014.
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