La decisión implica el fin del acceso a la nacionalidad francesa para los hijos de extranjeros que nacen en territorio galo, en este caso en el conjunto de islas situado en el canal de Mozambique, el cual pertenece a Francia desde 1843.
Mayotte es escenario de tres semanas de bloqueos y de manifestaciones en rechazo a la inseguridad y la violencia que lo azotan, sumándose a las crisis migratoria, económica y social que vive.
Darmanin calificó la situación de “insurreccional” y precisó que la intención es frenar el atractivo que representa el archipiélago en el ámbito migratorio, ya que no será posible convertirse en ciudadano francés, a menos que los niños sean de padres franceses.
También dividiremos por cinco la cifra de reagrupamientos familiares, dijo el funcionario en un territorio donde muchos locales denuncian un abandono de parte del Estado francés.
El ministro reconoció que los serios problemas trascienden la inmigración, con una economía detenida, dificultades sanitarias y ambientales, delincuencia y los niños que dejan de ir a la escuela.
Realizaremos en los próximos días arrestos masivos y restableceremos la paz pública en Mayotte, prometió.
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