Hasta avanzadas horas de esta madrugada, las reinas abandonaron sus lujosos carruajes de todas estas noches para sumirse en llanto simulado y dar paso a la convocatoria a la sobriedad y la reflexión.
Para esta jornada, en la mesa de los panameños no debe faltar el pescado que acompaña un nuevo período de penitencia y abstinencia, características de la cuaresma, según la tradición local.
El ritual, aseguran algunos historiadores, tiene origen en España en el siglo XIX y también se le conoce como Martes Graso.
No deja de ser una oportunidad irrepetible y llena de colorido, en la que se consumen abundantes comidas y se realizan desfiles y fiestas, estiman.
Para algunos estudiosos, la elección de la sardina como protagonista de estas ceremonias no es casual, pues se le considera como un alimento humilde y abundante, de ahí que al enterrarla simbólicamente es el punto de partida hacia una vida más austera y reflexiva.
Para otros, sepultar la sardina es un mensaje claro de alerta sobre la efímera naturaleza de la vida.
Con sus conclusiones, esta ceremonia pone fin además un escenario para que, de cara a comicios generales de 2024, algunos candidatos presidenciales viajaran a las comunidades con mayor cantidad de seguidores y se mostraran alegres entre la gente, recabando el voto para la consulta del 5 de mayo próximo.
Algunos presidenciales prefirieron ir a las comarcas indígenas y como de costumbre comprometerse con la solución de acumuladas necesidades y de mejorar sus condiciones de vida, de ganar en las urnas.
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