Esas reacciones y la indiferencia marcan el día después de la juramentación de los nuevos titulares de Defensa, Walter Astudillo; Economía y Finanzas, José Arista; Energía y Minas, Rómulo Mucho, y Ambiente, Juan Castro.
“Los cambios son superficiales, con excepción del relevo del ministro de Economía, quien no generaba confianza a los ciudadanos y empresarios”, comentó la politóloga Katherine Zegarra.
Agregó que lo pertinente era una renovación plena del gabinete ministerial y el relevo del poderoso primer ministro, Alberto Otárola, por su baja aprobación, de solo ocho por ciento, en una reciente encuesta y los cuestionamientos a su desempeño.
Señaló que es preocupante que los cambios no se orienten a modificar el rumbo del Gobierno en una situación en la que “no hay avance de políticas en favor de la ciudadanía, no se ve crecimiento económico y la presidenta Dina Boluarte es la más impopular de América Latina”.
En su editorial del día, el diario La República opina que “Se trata de un cambio que más que renovación parece dirigido a sostener la coalición autoritaria gobernante” y señala la vinculación con el partido derechista Fuerza Popular, del titular de Energía y Minas.
“Se mantiene en la Presidencia de Ministros Alberto Otárola, quien en reciente encuesta aparece calificado con 8% de aprobación, aún más abajo que la presidenta Boluarte, quien tiene el respaldo de solo el 10% de la población”, agrega.
Dice también que a Otárola “se le responsabiliza por la crisis política sostenida, la gris gestión y la grave recesión económica” y considera, en general, irrelevantes los cambios.
Por su parte, el analista Alonso Cárdenas calificó los cambios como cosméticos, pues no atacan el problema de fondo, que está en un nivel más alto, en la presidencia y el premierato.
Considera además señales de derechización los nombramientos de los titulares de Economía, quien ocupó el cargo en el fugaz régimen de Manuel Merino (quien renunció presionado por protestas sociales), y de Energía y Minas, que fue asesor de la dirigente neoliberal Keiko Fujimori.
De otro lado, el primer ministro Otárola se abstuvo hoy de comentar la revelación de que el nuevo titular de Economía tiene pendientes cinco investigaciones del Ministerio Público por cargos como peculado, negociación incompatible, concusión y abuso de autoridad.
Con los cuatro nombramientos de ayer, la presidenta Boluarte acumuló 43 de las designaciones de ministros en poco más de 14 meses, es decir uno cada diez días como promedio, según un recuento periodístico.
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