«Esta crisis devastadora no tiene precedentes», subrayó en conferencia de prensa el director general del Instituto de Gestión de la Gobernanza y Estudios Políticos de Haití.
El exparlamentario llamó a todos los sectores de la nación a realizar un cambio de paradigma, pero para eso, entre otros pasos, es necesario, una buena gobernanza autónoma y dar prioridad a las industrias creadoras de riqueza.
«La crisis es más económica que política, de ahí la necesidad de que el Estado busque oportunidades para crear industrias para el bien común», sentenció el coordinador del partido Alianza Democrática por la Mayoría.
Según el Instituto Haitiano de Estadística y Tecnología de la Información, la contracción experimentada por Haití en 2023 dificultará el desarrollo económico del país caribeño en 2024, que ya exhibe un Producto Interno Bruto (PIB) negativo de 1,9 por ciento.
“La economía haitiana, como se esperaba, no pudo reanudar el crecimiento durante el año fiscal 2022-2023, hundiéndose aún más en la recesión por quinto año consecutivo”, subraya la entidad.
De hecho, el PIB ya había disminuido un 1,7 por ciento en 2022, precisa el organismo haitiano.
Los principales retos siguen siendo la inflación, problemas con en el suministro y la distribución de productos petrolíferos, y la depreciación de la moneda nacional, combinada con un clima de inseguridad persistente.
Todo ello pone en peligro la aplicación de los programas y proyectos que deberían desarrollarse para alcanzar los objetivos de crecimiento y reducción de la pobreza. Otro problema que daña la economía de Haití es el retroceso de la inversión privada y el bajo ritmo de ejecución del Programa de Inversión Pública.
Las exportaciones que representan un promedio del 40 por ciento del PIB disminuyeron en torno al 21,6 por ciento en los primeros cinco meses del pasado año.
Además, influyen en los resultados económicos de Haití los fenómenos naturales derivados de cambio climático.
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