Los acusados, Paul Mackenzie, el mesías de una secta apocalíptica su esposa, Rhoda Maweu, y casi 100 acólitos, enfrentan 238 acusaciones de homicidio culposo y fueron ingresados en una hospital de la ciudad portuaria de Mombasa (sureste) a causa de su fragilidad física tras semanas de huelga de hambre.
En la vista inaugural los acusados se declararon no culpables de las acusaciones cuya lectura demoró más de cuatro horas y media, dijeron fuentes presentes en el proceso.
Sobre los encartados pesan alegaciones por el asesinato de 429 miembros de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas los cuales fueron convencidos de que si morían de hambre de manera voluntaria podrían conocer a Jesucristo antes del día del Juicio Final.
El culto funcionó entre enero de 2021 y septiembre de 2023 en la zona de Shakahola, subcondado de Malindi y el pastor Mackenzie y sus auxiliares obligaron a algunos de sus feligreses a causar la muerte de sus hijos menores, también existen sospechas de venta de órganos para trasplantes.
Meses después de detectarse las actividades del culto y encontrar a las primeras víctimas, las autoridades kenianas prosiguen las exhumaciones y las pruebas de adn para identificar a las víctimas, entre las que se cuentan 191 infantes.
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