El complejo deportivo Iskander de esta ciudad fue la sede del encuentro donde los niños representantes de 13 países, en grupos mixtos, combinaron la práctica del fútbol por juego de ordenadores y mostraron su desempeño en el campo tradicional, en correspondencia con la modalidad phygital (digital+físico).
La jornada competitiva estuvo prestigiada con la presencia el exjugador ruso de la disciplina, Andréi Arshavin, quien fuera centro campista en el Arsenal de Londres.
En declaraciones a Prensa Latina, el también campeón de la Supercopa de Europa de 2008, con la oncena del Zenit de San Petersburgo, destacó que este evento, fundado en 2013, invita a los asistentes a ver el deporte como una práctica de hermandad.
“Pretendemos que los niños de todo el mundo se reúnan y jueguen al fútbol, y defiendan los valores básicos de igualdad, amistad y paz. Los niños simplemente aprenden a comunicarse y a estar juntos a través del juego”, acotó.
En relación con el desarrollo de la nueva tendencia phygital, y la iniciativa de Rusia de ser pionera en un evento como los Juegos del Futuro, Arshavin reconoció que el mundo virtual actualmente se confunde con la realidad. “Y, por supuesto, lo más probable es que esto suceda cada vez más”.
“Básicamente, estoy interesado y tengo curiosidad por ver cómo irá en el futuro la mezcla de los dos modelos en una sola disciplina deportiva. Es evidente que dará opciones para quienes puedan ser mejores jugadores en uno u otro escenario”, precisó el exatleta.
Por su parte, los protagonistas del certamen también utilizaron sus recursos expresivos para demostrar cuánto ha incidido en ellos una iniciativa como el programa Fútbol por la Amistad.
Al respecto, el arquero del equipo de los Osos Gobi, Vladimir Sharonov, de nacionalidad rusa, aseguró que la idea de unir a niños futbolistas de diferentes países y equipos le parece maravilloso, porque les permite divertirse.
“Esta es la primera vez que compito en juegos phygital, y me gustaría participar nuevamente en eventos similares. Creo que este deporte, es unificador”, refirió.
Asimismo, su colega Eugenio Soloviov, capitán del equipo Tigre Quoll, también de Rusia, calificó de muy interesante jugar con chicos de diferentes países, pues les permite “desarrollar la comunicación en otros idiomas, conocer sobre sus culturas y que ellos conozcan la nuestra, es muy educativo”.
Ambos infantes aspiran ser jugadores profesionales de la talla del español Sergio Ramos o del portero de la selección nacional de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Lev Yashin (1929-1990).
Al cierre del certamen, el próximo 24 de febrero, todos los participantes recibirán por parte del gigante gasistico ruso Gazprom, organizador del proyecto, el estatus de Jóvenes Embajadores de Fútbol por la Amistad, con el compromiso de al regresar a casa, continuar compartiendo su experiencia y promoviendo los valores del programa: amistad, igualdad, justicia, salud, paz, lealtad, victoria, tradiciones y honores.
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