“Queremos que la agricultura italiana sea respetada, comprendida y valorada”, señala el movimiento Redención Agrícola, principal organizador de estas demostraciones en sus demandas, divulgadas en el sitio digital del canal televisivo Sky TG24.
La agrupación, según la fuente, está integrada mayormente por jóvenes agricultores, quienes interactúan entre sí y convocan a las movilizaciones a través de las redes sociales, como parte de una ola de protestas en Francia, Alemania, Rumanía, Bélgica y Polonia, contra las políticas de la Unión Europea (UE) que afectan al sector.
Entre las mayores manifestaciones de este martes en Italia, se destacaron las ocurridas en la isla de Cerdeña, donde pastores y agricultores se reunieron con tractores frente al puerto y el aeropuerto de Cagliari y bloquearon a los camiones que intentaban entrar y salir de esas instalaciones.
En Toscana cientos de tractores se concentraron frente al peaje de la Autostrada del Sole, entre Sinalunga, en la ciudad de Siena, y Foiano della Chiana, en Arezzo.
En Lombardía más de 400 agricultores con unos 250 tractores bloquearon la zona situada frente al peaje de la autopista de Melegnano, en Milán, a la vez que en Voghera unos 120 tractores desfilaron por las calles de la ciudad, mientras actos similares ocurrieron en Calabria, Liguria, Génova, Campania, Abruzos y Apulia.
La competencia de la producción extranjera, está poniendo de rodillas los ingresos de los agricultores y ganaderos, por lo que “pedimos firmemente que se pague el valor justo de nuestros productos”, expresaron los organizadores.
“Hoy en día, la mayor parte de los frutos de nuestro trabajo están mal pagados, los ingresos están muy por debajo de los costes de producción y esto, desgraciadamente, persiste desde hace décadas”, añade el texto.
Entre las demandas se encuentra la del establecimiento de regulaciones estrictas que contrarresten la entrada de alimentos sintéticos en el mercado y el mantenimiento del sistema que mantenga controlados los costos del gasóleo agrícola, incluso después de 2026.
Preocupan medidas de la UE, como los 55 mil millones de euros introducidas para renovar la Política Agrícola Común (PAC) y hacerla más sostenible, pues incluyen la obligación de destinar al menos el 4,0 por ciento de la tierra cultivable a funciones no productivas.
Se establece además en la PAC la obligación de realizar rotaciones de cultivos y reducir el uso de fertilizantes en al menos un 20,0 por ciento, lo cual -según consideran los opositores a esas disposiciones- sólo hará que el sector agrícola europeo sea menos competitivo frente a las importaciones.
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