Aunque la pregunta de la velada en el majestuoso teatro Olympia de esta capital era qué cinta dominaría los galardones, la multilaureada Anatomía de una caída o la fantástica El reino de los Animales, en el fondo todos esperaban la intervención de la actriz Judith Godrèche (51 años), por sus recientes denuncias contra dos directores.
Sus palabras, mitad poesía y mitad alegato, no solo arrancaron aplausos, también marcan un antes y un después, en un contexto en el cual abundan las acusaciones de atropellos a actrices en su juventud, adolescencia e incluso niñez.
“El cine está hecho de nuestro deseo de verdad, e igualmente de nuestro deseo de humanidad”, sentenció apelando a que el sector dé el ejemplo, apenas unos días después de presentar ante la justicia una denuncia contra el director Benoît Jacquot, 26 años mayor, acusándolo de violencia sexual y física cuando ella tenía 14 años.
Godrèche también demandó por las mismas razones a otro realizador, Jacques Doillon, convirtiéndose en figura del movimiento #MeToo en suelo galo.
En otro momento de su intervención, la directora y guionista francesa instó a tener el coraje de decir en voz alta lo que “todos sabemos en voz baja” y fustigó el silencio en torno “al tráfico ilícito de niñas” en el mundo del séptimo arte.
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