Esta postura citada por los medios aquí, fue expresada por el jefe de la Misión Permanente de Siria ante la Unión Europea en Bruselas, Ammar Al-Arsan, en una sesión pública de la CIJ en La Haya, dedicada a abordar las consecuencias jurídicas derivadas de las políticas y prácticas de la ocupación en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén.
Las acciones agresivas israelíes contra el pueblo palestino y sus repetidos ataques contra Siria y el Líbano constituyen el reflejo más claro del fracaso de la comunidad internacional a la hora de poner fin a los crímenes sionistas, manifestó Arsan en su declaración.
Destacó la necesidad de no limitarse a describir las prácticas y políticas israelíes, sino más bien condenarlas y trabajar para ponerles fin.
La estabilidad del Oriente Medio y la credibilidad del sistema de las Naciones Unidas, incluida la Corte Internacional de Justicia, exigen la adopción de medidas para garantizar la aplicación de todas las resoluciones internacionales pertinentes y poner fin a la ocupación israelí de todos los territorios árabes ocupados, aclaró el diplomático.
Por otro lado, aclaró que la ocupación tiene carácter temporal, aunque fuese un hecho consumado, ya que esto no da ni dará a la autoridad ocupante el derecho a adquirir soberanía sobre los territorios ocupados, sin importar cuánto tiempo dure.
Según el delegado sirio, el derecho a la autodeterminación es el más importante y noble de los derechos humanos, e Israel lleva 76 años violando este derecho del pueblo palestino y practicando la discriminación racial en la Franja de Gaza, mucho antes del 7 de octubre de 2023 mediante su actual asedio.
Por último, explicó que estas prácticas de ocupación son parte de un régimen represivo sistemático, organizado y a gran escala, cuyos autores debe rendir cuentas por sus violaciones flagrantes y continuas de las disposiciones del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones internacionales pertinentes.
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