El presidente de la gremial dedicada a la obtención de aceite de esa planta, José Santiago Molina, calificó de desfavorable el estimado a causa de la presencia del fenómeno El Niño, que empezó afectar desde junio pasado a la fecha.
“Hemos visto que en enero y febrero ha sido más drástica la caída de la producción”, advirtió el directivo tras el IV Congreso Palmero efectuado en la colonial Antigua Guatemala, con la participación de más de 640 participantes de 16 países.
No creo que se vaya a llegar a una obtención de un millón 100 mil toneladas; expresó, y dudó incluso en sus declaraciones a la prensa local de que alcancen las 900 mil previstas.
Consideró sin problemas las plantaciones con riego, porque el agua se reemplaza, pero los inconvenientes son donde no hay, que es en la mayor parte de la nación, entre ellos la Franja Transversal del Norte, el Sur de Petén, el Valle del Polochic y el Valle del Motagua, señaló.
Además, expuso, este año se espera el fenómeno La Niña (en julio o agosto según análisis), con agua en exceso, por lo que las plantaciones es diseñaron con sistemas adecuados de drenajes.
El líder de la Gremial de Palmicultores de Guatemala (Grepalma) abundó en los factores que llevaron al crecimiento registrado en 2023 en cuanto al volumen y monto generador de divisas de las exportaciones de aceite de palma.
Explicó que la pandemia de la Covid-19 y, más reciente aún, el conflicto entre Rusia y Ucrania, incidieron en los precios internacionales de los commodities.
Al quedar golpeada la producción de girasol en el mundo, que generó una escasez, aumentó la demanda de aceite de palma a los productores, ilustró el presidente de Grepalma.
Las necesidades por los múltiples usos de esta materia prima lograron mantener el precio en una media que permite ir hacia adelante, crecer y pasarse a este cultivo permanente, que bien manejado es rentable, aseveró.
Datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) de Guatemala dan cuenta de una producción de palma de 180 mil hectáreas, ubicadas en el norte y en la costa sur.
Su aceite se utiliza en la fabricación de cosméticos, jabones, biodiesel, agroquímica, entre otros.
Este territorio centroamericano aparece como el sexto productor a nivel planetario y el segundo en América Latina, por detrás de Colombia.
Las exportaciones de grasas y aceites comestibles, que en su mayoría provienen aquí del aceite de palma, superaron los mil millones de dólares en aporte a la economía en 2023.
Destacaron como el producto número uno de envíos hacia mercados de Europa y México, según informes del Banco Central.
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