De acuerdo con la portavoz de la Cancillería Mao Ning, el gigante asiático tomó las medidas necesarias de acuerdo con la ley y las operaciones de la parte china fueron «profesionales, restringidas, justificadas y legales».
La vocera subrayó la «soberanía indiscutible» de Beijing sobre Nansha Qundao y sus aguas adyacentes, incluido Ren’ai Jiao, que Manila reclama como suyo.
Afirmó que esta soberanía está establecida en una larga historia y es conforme al derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas.
Mao defendió las medidas tomadas por la Guardia Costera china contra las «acciones infractoras y provocadoras» de los barcos filipinos en Ren’ai Jiao.
Recalcó que la responsabilidad del incidente recae completamente en Filipinas y exhortó al país a detener de inmediato este comportamiento en el mar Meridional.
Por otro lado, reafirmó el compromiso de abordar adecuadamente las disputas a través del diálogo y la consulta con las partes involucradas.
Expresó también el deseo de trabajar con los países de la Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) para implementar a plenitud la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China (DOC) y salvaguardar la paz y la estabilidad en la región.
En otro momento, Mao Ning criticó las declaraciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre este acontecimiento y en particular, rechazó su amenaza de recurrir al Tratado de Defensa Mutua que tiene Washington con Manila para respaldar las acciones filipinas.
Instó a la parte norteamericana a no utilizar al país asiático para desestabilizar el mar Meridional de China.
Además, advirtió a Filipinas sobre la manipulación de Estados Unidos y en este sentido, recordó las lecciones históricas sobre «el destino de los peones en los conflictos internacionales».
El 5 de marzo, dos buques de suministro y dos buques de la Guardia Costera filipina, sin permiso del gobierno chino, entraron en las aguas adyacentes de Ren’ai Jiao, en el archipiélago de Nansha.
Los barcos intentaron enviar materiales, incluidos materiales de construcción, al buque encallado ilegalmente en Ren’ai Jiao, por lo que la Guardia Costera de China tomó medidas para evitar esta incursión y las acciones terminaron en una colisión.
Este incidente aviva las tensiones entre los dos países, cuyas relaciones se han deteriorado notablemente desde la llegada al poder en Manila de un presidente partidario de la alianza con Estados Unidos.
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