En el marco del llamado Fondo Europeo de Paz, Francia, con el apoyo de Chipre y Grecia, insistió en que ese instrumento financiero aprobara el respaldo bélico de Kiev, mediante el empleo exclusivo de armamentos fabricados en Europa.
La publicación señala que París estimó en ese sentido que esa condición permitirá poner en práctica los tan esperados y estratégicos planes de desarrollo de la industria de defensa de la Unión Europea, todo ello pese a advertencias de Rusia de que eso solo extenderá el conflicto.
Algunos otros estados se pronunciaron por una mayor flexibilidad en la compra de armamentos en terceros países para agilizar el proceso de rearme de Ucrania, donde el presidente Vladimir Putin ordenó en 2022 una operación militar para proteger a la región sublevada del Donbás.
Hungría se mostró en contra en todo momento del paquete de rearme ucraniano, pero en febrero pasado, finalmente, se sumó al resto de los 27 miembros de la entidad comunitaria, necesitada de un voto de consenso para aprobar sus decisiones.
Las potencias occidentales otorgaron hasta diciembre pasado más de 145 mil millones de dólares para financiar las fuerzas armadas de Ucrania, lo cual incluyó el envío de tanques, vehículos blindados, obuses, sistemas coheteriles y aviones de combate de países de Europa del este.
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