Como parte de su Plan de Respuesta Conjunta, la entidad de la ONU espera brindar apoyo a esa comunidad musulmana que huye de la violencia al vecino país.
El monto permitirá ayudar a unas 346 mil personas de las comunidades de acogida, con alimentos, alojamiento, atención sanitaria, acceso a agua potable, servicios de protección, educación y medios de vida, oportunidades y desarrollo de habilidades.
De acuerdo con la Acnur, el 95 por ciento de los hogares rohingya en Bangladesh son vulnerables y siguen dependiendo de la asistencia humanitaria mientras que más de la mitad de los refugiados en los campos tienen menos de 18 años y languidecen en medio de oportunidades limitadas de educación, desarrollo de habilidades y medios de vida.
La iniciativa pide a la comunidad internacional invertir más en educación, capacitación y oportunidades de subsistencia para estos refugiados en lo que constituye un salvavidas para ellos mientras luchan por satisfacer sus necesidades básicas.
Los rohingyas son una comunidad mayoritariamente musulmana que huye de oleadas de persecución en Myanmar, un país predominantemente budista.
Casi un millón de sus miembros viven en campamentos en Bangladesh y más de mil llegaron a Indonesia en barco en los últimos meses.
Otras estimaciones aseguran que 2,7 millones de personas continúan desplazadas internamente en Myanmar, lo que incluye a casi 2,4 millones que fueron desarraigados después de febrero de 2021.
El golpe militar de ese año mantiene al país en un conflicto entre las fuerzas del ejército con grupos armados de oposición, lo que ha provocado desplazamientos masivos y miles de víctimas.
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