Los empleados dejaron de trabajar para plantear dudas sobre el hacinamiento carcelario y las condiciones de seguridad en Bélgica.
El 2 de marzo, los sindicatos presentaron un aviso de huelga al Gobierno, pero este no fue atendido, según la fuente.
La semana pasada se llevaron a cabo consultas entre los sindicatos penitenciarios y la oficina del ministro de Justicia, Paul Van Tigchelt, pero las medidas propuestas por el Gobierno no fueron aprobadas por los miembros del sindicato.
Por ello, el pasado viernes anunciaron por unanimidad que dejarían de trabajar durante 24 horas, a partir de las 22.00 horas del 14 de marzo.
El lunes, los guardias penitenciarios de Amberes fueron los primeros en declararse en huelga de 24 horas.
Durante la presente semana también tuvo lugar una manifestación de 24 horas en la prisión satélite de Lovaina.
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