Florencia Soto, portavoz adjunta del secretario general (António Guterres) aseguró que se trata de una conexión por aire desde República Dominicana que ha transportado, sobre todo, personal.
A una pregunta de Prensa Latina, la vocera explicó que el envío de este miércoles es el primero a través de ese mecanismo anunciado dos semana atrás.
En las últimas horas, el canciller dominicano, Roberto Álvarez, negó el establecimiento de un puente aéreo desde Santo Domingo hacia Haití.
Citado por el medio Diario Libre, el titular de Relaciones Exteriores dijo que su país sí coopera para la evacuación tanto del personal de la ONU como de otras organizaciones internacionales y embajadas extranjeras.
Sin embargo, de acuerdo con Soto, se trata de un proyecto a menor escala que apenas comenzó.
Los suministros del reciente envío aéreo son críticos para la respuesta sanitaria de los organismos de la ONU y las ONG, en medio del caos que afecta a los servicios de salud, agregó la vocera en una sesión informativa.
Esa vía, precisó, ha permitido a las entidades humanitarias contar con suficiente personal en el país para seguir prestando ayuda.
La ruta aérea podría aliviar la respuesta de la ONU al estallido de violencia, que enfrenta además una severa crisis de financiamiento.
Los datos más recientes aseguran que el plan del organismo lanzada a finales de febrero apenas reunió 43 millones de dólares de los 674 millones solicitados.
Esto representa apenas el 6,5 por ciento de la meta financiera de Naciones Unidas que pretende brindar alimentación, alojamiento, salud, educación y protección a 3,6 millones de personas este año.
La Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) estima que casi 17 mil personas abandonaron Puerto Príncipe entre el 8 y el 14 de marzo, más de la mitad de ellos hacia los departamentos del Gran Sur, una región que ya alberga más de 116 mil personas desplazadas del área metropolitana en los últimos meses.
La Acnur advirtió que el paso hacia otras demarcaciones representa un riesgo adicional pues las rutas también están controladas por pandillas.
Según estimaciones de la ONU, las bandas criminales dominan el 80 por ciento de la capital haitiana.
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