Sus compinches del crimen organizado urbano intentaban colocarlo como nuevo líder de la banda Bristou, que opera en la barriada del mismo nombre de la comunidad antes mencionada, pero los vecinos de la zona con apoyo policial terminaron con su vida a base de machete y fuego.
Le dispararon, luego le cortaron las manos y después su cuerpo ardió entre las brasas alimentadas por neumáticos, según el diario digital Le facteur.
El episodio -aseguran varios medios locales- podría repetirse una vez más contra los cabecillas de las bandas armadas, si la ciudadanía decide hacer justicia con sus propias manos.
La cacería de Makandal fue ruidosa por la cantidad de municiones disparadas entre ambos bandos, Prensa Latina, instalada ahora en esa zona, escuchó el tiroteo desde la mañana con una pausa, al mediodía, y luego volvieron a abrir fuego con armas de diferentes calibres.
Desde donde transmite la Agencia Latinoamericana de Noticias podía verse un dron monitoreando la zona del combate urbano, y cómo los choferes de automóviles y motos salían a toda velocidad de la zona.
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