Los partidos dominantes en cerca de tres décadas, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en polos opuestos, derecha e izquierda, están en el centro del torbellino, según comentan en las últimas semanas analistas políticos y medios de prensa.
Arena luego de perder el poder frente al FMLN en las elecciones presidenciales 2009 nunca se recuperó y en su seno se acentuó un proceso de éxodo de sus miembros que cambiaron hacia otras toldas políticas como GANA, Nuestro Tiempo y otras tendencias de derecha y centro derecha.
También está el caso de Poder Ciudadano, que luego de fracasar en inscribirse como un instituto político para las últimas elecciones, ahora trabaja, según sus fundadores, para que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le de validez como partido político.
El movimiento fundado por diputados que renunciaron de Arena espera conformarse como partido político y recientemente presentó ante el órgano su solicitud para iniciar campaña de proselitismo.
El representante de Poder Ciudadano, Guillermo Portillo, declaró a medios de prensa que no desisten de convertirse en partido político y que ya presentaron al TSE las firmas correspondientes para inscribirse.
Esta agrupación es un movimiento fundado por políticos como Donato Vaquerano y Carlos Reyes, diputados que renunciaron del partido Arena, y que ya en las últimas elecciones hizo alianza con el Partido de Concertación Nacional (PCN) para las elecciones del 4 de febrero y 3 de marzo.
Estos movimientos son parte del proceso de división en la derecha salvadoreña, algo parecido a lo que ocurre con la izquierda.
Así, luego de la debacle de la única organización de izquierda del país en las elecciones el 4 de febrero, el FMLN y pese a promesas de hacer una profunda revisión y refundación de la entidad, surgen ya grupos que presuntamente buscan erigirse en representantes de esa tendencia. Este mes un grupo de jóvenes lanzó una “organización comunista y con aspiración de fundar un partido político”.
Integrantes del Bloque Popular Juvenil presentaron el miércoles 20 de marzo la organización “Revolución Comunista” que aspira convertirse en un partido político a través de una “hoja de ruta” que planean establecer con los demás miembros, según dijeron.
Xenia Barrera, miembro de la organización comunista, aseveró que su “objetivo es unir al menos a un centenar de compañeros para trazar una hoja de ruta hacia la fundación de un verdadero partido comunista revolucionario”.
Este partido –sostuvo- será la voz de los marginados y oprimidos, de la clase trabajadora, para marcar una agenda clara que aborde los problemas fundamentales del país, algo que se propuso el FMLN desde que surgió como partido político.
En un comunicado el grupo rechazó enérgicamente a “todos los partidos del sistema incluyendo al partido del presidente (Nayib) Bukele, Nuevas Ideas y sus aliados” porque “han fallado en ofrecer soluciones reales a los problemas del pueblo salvadoreño”.
Los convocantes sostienen que pertenecen a una Iniciativa Internacional “propia de la corriente Marxista Internacional” que supuestamente en unos meses se denominará “Internacional Comunista Revolucionaria” presente en 52 países.
Estos son apenas dos ejemplos de lo que se anticipa en próximos meses, un resquebrajamiento de los polos tradiciones de la política salvadoreña, obligados a refundarse o a desaparecer, y el fortalecimiento de la corriente ortodoxa que impulsa el partido Nuevas Ideas del presidente Nayib Bukele, el cual según analistas coquetea con ambos extremos.
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