Los datos oficiales salen a la luz cinco días después de que el ministro delegado de Cuentas Públicas, Thomas Cazenave, admitiera que el 4,9 por ciento de déficit previsto sería superado, aunque entonces descartó asumir el 5,6 divulgado en medios de prensa.
Según el Insee, la diferencia entre los ingresos y los gastos fue de 154 mil millones de euros, 18 mil millones más de la proyectada, a partir de la desaceleración de los ingresos (de un crecimiento del 7,4 por ciento de los mismos en 2022 al dos por ciento el año pasado), mientras los gastos aumentaron un 3,7, después de un cuatro.
El gobierno atribuyó los resultados, muy criticados desde la oposición, al contexto internacional imperante, en particular la guerra en Ucrania y la ralentización económica en China y la Unión Europea, sobre todo en la vecina Alemania.
El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, reaccionó al indicador alegando que los gastos se comportaron en sintonía con lo anticipado, pero los ingresos quedaron por debajo.
Le Maire aseveró en la cadena RTL que el ejecutivo mantiene el objetivo de sanear las finanzas hasta reducir el déficit público a un tres por ciento en 2027.
Respecto a la deuda pública, el Insee la situó hoy en su informe en un 100,6 por ciento del PIB.
El mes pasado, Le Maire había anunciado un plan de ahorros por 10 mil millones de euros, tras reducir la previsión del crecimiento del PIB de Francia de 1,4 a uno por ciento en 2024.
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