Un comunicado divulgado por el órgano advirtió que el actual escenario deja repercusiones devastadoras para las poblaciones más jóvenes.
«Miles de niños están al borde del abismo», dijo la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, al pedir el fin de la violencia para la entrega de suministros vitales y la atención médica necesaria.
La situación requiere urgentemente un aumento en los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger a la población civil, restaurar el orden público y garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios y los suministros esenciales, consideró el texto.
El Fondo para la Infancia y otras agencias de la ONU como el Programa Mundial de Alimentos o la Organización Mundial de la Salud reconocen la necesidad de incrementar la financiación.
Junto a la falta de fondos, la escalada de las últimas semanas obstaculiza los esfuerzos para la distribución de ayuda humanitaria y deteriora aún más un sistema de salud ya precario.
La incapacidad para acceder a los centros médicos y nutricionales amenaza la vida de más de 125 mil niños en riesgo de desnutrición aguda grave, de acuerdo con Unicef.
Como parte de su apoyo, ese organismo de la ONU distribuyó desde el 29 de febrero cerca de 1,7 millones de litros de agua para más de 15 mil personas en Puerto Príncipe, donde se concentra la amenaza de las bandas del crimen organizado.
El más reciente informe de Clasificación Integrada de las Fases de Seguridad Alimentaria (CIF) confirmó un preocupante aumento del 19 por ciento en el número de niños que sufren de desnutrición aguda grave en el país caribeño en 2024.
En total, el índice de personas en situación de emergencia por inseguridad alimentaria aguda alcanza a 1,6 millones, según el análisis del CIF respaldado por la ONU y divulgado la semana última.
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