El máximo órgano para el mantenimiento de la paz en el planeta analizará el más reciente informe del secretario general, António Guterres, sobre la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Monusco) en la nación africana en los últimos cuatro meses.
Entre otros aspectos, el texto enfatiza en sucesos como las elecciones presidenciales que culminaron con el reconocimiento por el Tribunal Constitucional de la victoria de Félix Tshisekedi como mandatario electo.
Además, analiza las tensiones y enfrentamientos que surgieron antes y durante los comicios por las diferentes fuerzas políticas así como los esfuerzos promovidos por la Monusco para el dialogo.
Otros temas en agenda serán la seguridad nacional en regiones como Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur donde la vida de los civiles permanece amenazada por la acción de las Fuerzas Democráticas Aliadas y la Cooperativa para el Desarrollo del Congo.
Como consecuencia, el país experimenta una compleja situación para la preservación de los derechos humanos mientras la violencia sexual y los desplazamientos impactan a los civiles en las zonas asediadas.
Un reciente comunicado de la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) instó a actuar de inmediato ante la amenazante situación para los desplazados en la región este.
Tras dos años de conflicto cíclico en Kivu Norte, más de 1,3 millones de personas fueron obligadas a huir de sus hogares dentro de la nación lo que ha elevado la cifra de personas desplazadas internamente a un total de 5,7 millones en esa provincia junto a las vecinas Kivu Sur e Ituri.
La Acnur calificó de devastador el contexto frente a la violencia en desarrollo que impide además las operaciones humanitarias y provoca el desplazamiento forzado de muchos niños y niñas, incluso sin acompañamiento.
Estos menores están expuestos a graves riesgos y violaciones de derechos humanos, entre los que se cuentan el secuestro, el reclutamiento forzado, la mutilación y la violación.
En 2023, solo en Kivu Norte, se reportaron 50 mil casos de violencia de género, de los que más de la mitad fueron violaciones contra mujeres y niñas, mientras que el 37 por ciento de las víctimas fueron niños.
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