En 2023, este ciclo alcanzó nuevos picos sin precedentes a medida que las tensiones aumentaron en la Franja de Gaza y Cisjordania desde el 7 de octubre, destacó el organismo en un comunicado difundido aquí.
Resaltó que esa situación “provocó muertes de civiles, destrucción generalizada, desplazamientos masivos, aumento de los precios de los alimentos y una moneda depreciada”.
Ahora, toda la población de Gaza, 2,2 millones de personas, necesita urgentemente alimentos, asistencia humanitaria y protección, apuntó la institución.
El PMA señaló que de esa cifra 1,7 millones fueron desplazadas a refugios improvisados o zonas superpobladas con acceso limitado a las necesidades básicas.
Medio millón se enfrentan a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda, lo que representa la proporción de población más alta jamás registrada a nivel mundial, indicó.
La falta de alimentos, sumada a una ingesta insuficiente de macro y micronutrientes esenciales, es especialmente preocupante para los grupos vulnerables como los niños, los ancianos, las mujeres y las niñas embarazadas y lactantes, lamentó.
Sin embargo, el organismo de la ONU resaltó que “la respuesta humanitaria hasta ahora ha sido insuficiente para evitar una hambruna inminente”.
El conflicto en la Franja también tuvo efectos en cadena en Cisjordania, lo que provocó cierres de ciudades, mayor presencia en puestos de control, revocación de permisos de trabajo para trabajar en Israel y prohibición de acceso a sus tierras agrícolas a los agricultores palestinos, denunció.
ro/rob