De acuerdo con el estudio de la OIT, aunque son necesarias soluciones sostenibles, resilientes e innovadoras, estas deben ser específicas y en concordancia con el ámbito de atención.
Ello requiere de comprensión global para garantizar que nadie se quede atrás en la búsqueda del trabajo decente y la justicia social en el camino hacia la Agenda 2030, remarca el texto.
Uno de los desafíos actuales, refiere, es la pobreza en el trabajo a escala mundial, que a pesar de su descenso las disparidades regionales persistieron en 2023.
Mientras en alguna regiones disminuyeron las tasas de trabajadores pobres en los estados árabes persiste.
África continúa con la mayor proporción de trabajadores pobres, con un 29 por ciento. Solo en África Subsahariana unos 145 millones de personas se encuentran en situación de pobreza laboral extrema.
Ante ese panorama la OIT prevé que persista la pobreza de los trabajadores y la informalidad la ocupación, ambas profundamente entrelazadas. De ahí, que la consecución de la Agenda 2030 se aprecie como un futuro lejano, sobre todo en aquellas regiones que carecen de capacidad fiscal para hacer frente a las tensiones económicas.
Sobre el retroceso en la paridad de género en los puestos directivos, la OIT alertó que ante los recientes retrocesos pasarían unos 176 años antes de alcanzar la paridad en ese tipo de cargos.
Los Estados árabes y partes de Asia son las regiones con mayores dificultades como consecuencia de la discriminación, leyes restrictivas y protecciones sociales inadecuadas a las féminas, precisa el texto.
El estancamiento de la productividad mundial es otro de los grandes retos, acota la OIT, enfrenta a una preocupante ralentización, indicador de riesgos potenciales para el bienestar económico y el desarrollo, pues es reconocido como un motor clave de los niveles de vida, su importancia de la calidad de vida de personas.
Sin embargo la OIT, conmina a ser prudentes a la hora de extrapolar las tasas de crecimiento de la productividad, dada su volatilidad inherente, así como la incertidumbre asociada a las estimaciones.
En tanto la ocupación informal persiste, pese a los signos iniciales de recuperación en 2021 tras la perturbación inducida por la pandemia.
Acota que hay puestos de trabajo que carecen de los elementos críticos de las relaciones formales, en particular el acceso a los sistemas de protección social, lo que supone un obstáculo para el avance de la justicia social.
A escala mundial, más de dos mil millones de trabajadores se encontraban en la economía sumergida en 2023, un 58 por ciento de la mano de obra global, indicador que solo registraría un ligero descenso hasta el 57,8 en 2024.
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