El proyecto surgió por iniciativa del Ayuntamiento de la ciudad, que convocó a un concurso público el cual ganaron los arquitectos António de Sousa Mendes y Sabino Correia, con una propuesta que combinaba elementos tradicionales y modernos.
La iglesia, inaugurada el 12 de abril de 1964, fue la primera en Angola que adoptó una arquitectura más próxima a las formas industriales y modeladas, a partir de su geometría única.
Su interior es amplio y luminoso con aberturas laterales que favorecen la circulación del aire en una urbe donde priman los días calurosos. Esta y otras características, como los coloridos vitrales, hacen que se considere un exponente de la llamada Arquitectura Tropical, de la cual es una referencia permanente en los estudios y artículos sobre el tema.
El edificio es incluso de estudio obligatorio en los cursos de arquitectura del país africano. Originalmente pintado de blanco, el santuario se fundó para celebrar el aniversario 50 de la ordenación sacerdotal del primer arzobispo de Luanda, Dom Moisés Alves de Pinho, y él mismo fue parte del jurado que seleccionó el proyecto ganador.
También, fue la persona que eligió consagrar el templo a la Sagrada Familia de Nazaret.
Como hitos que enorgullecen a los habitantes de la urbe está el hecho de que fue la primera parroquia donde entró el Papa Juan Pablo II durante su visita a Angola en 1992, por lo que al ser este canonizado, constituye un recinto angoleño que acogió la presencia de un santo.
Quizá por su posición privilegiada o por sus atributos estructurales, la Sagrada Familia es la catedral predilecta de las comunidades de personas provenientes de otras tierras, de ahí que en sus cultos se confundan angoleños, portugueses, brasileños y franceses.
(Tomado de Orbe)
