«Como resultado de las acciones aventureras de incluso uno o dos estados miembros de la OTAN, la situación en Ucrania puede traspasar sus fronteras y alcanzar una escala completamente diferente», manifestó Grushkó en entrevista con la agencia de noticias Sputnik.
Según el diplomático, las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre el posible envío de tropas a Ucrania «muestran la disposición a seguir el camino de la escalada en condiciones cuando occidente sufre una derrota estratégica en los campos de batalla».
El 24 de febrero se cumplieron dos años del comienzo de la operación militar especial de Rusia, cuyos objetivos, según el presidente Vladímir Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte de las actuales autoridades de Kiev.
Igualmente, se persigue atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance del bloque atlántico hacia el este.
A finales de febrero pasado, el presidente de Francia afirmó que había debatido con los mandatarios de algunos países miembros de la OTAN, entre ellos, Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Polonia y el Reino Unido, el posible envío de militares al territorio ucraniano, pero no se logró un consenso.
Varios estados integrantes del bloque como Alemania, Bulgaria, Canadá, España, Estados Unidos, Finlandia, Polonia y la República Checa se distanciaron ya de Macron y se negaron a enviar a sus soldados a Ucrania.
Moscú indicó que algunos países del bloque militar valoraron con sensatez el peligro potencial que conlleva el plan de París.
El miércoles, la Cancillería rusa comunicó que tiene una nueva información de que París prepara un contingente militar de unos mil 500 efectivos para enviarlo a Ucrania.
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